sábado, abril 28, 2007

Bolivia


Vengo llegando de Sucre, después de un mes en donde pude conocer un poco acerca de un lugar que está tan cerca, pero que es total y absolutamente distinto geográficamente y sobre todo culturalmente.
Conocí un municipio llamado Tinkipaya (al norte de Potosí), uno de los lugares más pobres de Bolivia. Está compuesto por 7 ayllus, en donde yo creo que el 95% de la población habla sólo quechua, es extraño me hablaban y hablaban y yo no entendía nada de nada, atinaba a sonreír, me sentía casi como una gringa, tan ajena a todo, sintiendo vergüenza por mi mentalidad, mi forma de vida tan light al lado de todo lo que estaba viendo, tanta pobreza, miseria y yo simplemente conociendo..hablando un idioma europeo, dominándolo en términos medios y ellos manteniendo tal cual su cultura tan propia desde hace siglos.
Pese a todo, los compañeros de estas comunidades se caracterizan por su hermosa artesanía compuesta por sus textiles y bordados, extremadamente coloridos y alegres, en un lugar totalmente inhospito, donde la papa y la quinoa son casi el único alimento diario (el pan con suerte se ve) y de vez en cuando pasa la micro llena que los lleva a la posta o al mercado de Potosí a vender sus productos.
En Cuiza conocí a Roberto, uno de los bordadores (sólo los hombres se dedican al bordado) aburrido de esta comunidad, ya que no hay trabajo, tiene 34 años años y cuatro hijos que alimentar, todos viven en una pieza de 3 x 3 metros aprox y sólo dos camas para una familia de seis personas. Su señora llevaba 2 días con un dolor muscular en su cuello que apenas la dejaba moverse, tenía que ir a la posta, pero quedaba aproximadamente a 5 kilometros de su casa. Sus hijos jugaban, no iban a la escuela y la vecina, hija de Tomás, era un pastora que se dedicaba todo el día a cuidar sus ovejas (no iba tampoco a la escuela, era muy aburrido). Una realidad total y absolutamente ajena a mí...
La esquinas de Sucre con mendigos, la mayoría gente de edad provenientes (reconocibles por su vestuario) de comunidades como Tinkipaya o Jal´qa y lo más sorprendente es que el ciudadano común y corriente ayudaba desinteresadamente a esta gente, regalándoles dinero, fruta o algún jugo natural del mercado, o sea el concepto de ayuda, de compañerismo existe aún en Bolivia, el pensar que la persona de al lado está mal (sin que te engañen) y que no le cuesta nada ayudar un poco, existe y no es porque sean cristianos, sino porque simplemente su cultura es así. Las comunidades se organizan para de vez en cuando limpiar sus caminos (hombres, mujeres y niños son iguales) o en el caso de Cuiza se organizaron pidieron plata a una ONG y construyeron una pequeña hostal, en donde todo el dinero que se recaude va a parar directamente a la comunidad, es decir el concepto de individualismo no existe. Una realidad tan distinta de Chile, en donde podemos ver que supuestamente la economía crece, que supuestamente estamos mejor, pero de qué nos sirve, si la mayoría de la gente vive estresada, en una realidad tan compleja, tan enredada que de nada sirve y nuestro país vecino la realidad es tan simple, sus vestuarios tan coloridos, tan relajados, que si se muere un ser querido, van con una orquesta del pueblo a despedirse con llantos, pero con música alegre, siempre alegre, pese a tanta pobreza, a no tener lo lujos que se tienen acá, (televisión, internet, etc) siempre después de todo sonreír...no te queda otra....la vida sigue.

**América Latina y El Caribe: Población: 530.242.000 (100%) Pobreza Total: 235.427.000 (44,4%) Indigencia: 106.048.000 (20%)
Fuente: Revista Surcos- 1 de abril 2004.-